31 de agosto de 2016

Leche materna, lo mejor para la vista del bebé






Los niños que reciben lactancia natural presentan una mejoría de agudeza visual que aquellos alimentados con leche artificial. 

Esto se debe a que la leche materna  tiene un compuesto que se encuentra  presente también en la retina, el cerebro y el sistema óptico del bebé,  favoreciendo el desarrollo de la agudeza visual en los pequeños. 

 
La lactancia materna, además de fortalecer el contacto físico entre la madre y el bebé (favoreciendo la aparición del apego), proporciona mayor agudeza visual en los bebés.

Una investigación realizada por el Institute of Child Health establece que la leche materna podría mejorar la visión estereoscópica de los bebés, es decir la que proporciona la sensación de relieve, frente a la leche de fórmula. Esto puede ser debido al ácido graso docosahexaenoico, más conocido como DHA, un componente de la leche materna que favorece el desarrollo de la agudeza visual en los pequeños. El estudio se publicó recientemente en el American Journal of Clinical Nutrition.

El estudio
Los expertos del Institute of Child Health realizaron el estudio en 78 bebés amamantados con leche materna  comparados con 184 que fueron alimentados con leche artificial. Dentro del primer grupo también seleccionaron bebés al azar, a los que se le dieron preparados con DHA y sin este suplemento. A los cuatro y seis años comprobaron su capacidad de visión.
Los resultados recogen que los bebés que tomaron pecho presentan mejor visión estereoscópica que los alimentados con leche preparada. Sin embargo, entre el grupo de los amamantados con leche materna, con y sin DHA, no se observó diferencia alguna. “Esos resultados respaldan la hipótesis de los beneficios de la lactancia materna en el desarrollo estereoscópico a largo plazo”, sentenciaron los autores del estudio.

Beneficios del DHA
La prolongación de la gestación, el incremento del peso del niño al nacer y la reducción de la incidencia a tener un parto prematuro son otros de los beneficios que produce la presencia del DHA en el organismo de la madre. Este ácido proviene de los pescados grasos como el salmón, las sardinas o los pescados de agua dulce, el huevo o los aceites de pescado.

Estos ácidos grasos son fundamentales para la maduración del sistema óptico y el desarrollo cerebral. La retina y el córtex son los órganos del cuerpo con un mayor contenido de DHA. Esto explica que la dieta del recién nacido, a través de la ingesta de ese ácido a través de la leche materna, tiene un impacto significativo en la maduración de sus funciones cerebrales y visuales.

Preparados artificiales
En opinión del pediatra José Manuel Moreno, del servicio de Nutrición Clínica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, los niños que toman pecho presentan una mejoría de la agudeza visual frente a los que reciben una fórmula artificial. Sin embargo, en aquellos casos en los que no es posible alimentar al bebé con leche materna, lo ideal es que reciban un preparado artificial que cuente con prácticamente las mismas propiedades que la leche de la madre.

“Es precisamente en este periodo de crecimiento cuando más importante resulta que se rellenen bien estos depósitos de poliinsaturados para que el bebé tenga un desarrollo adecuado de sus funciones”, señaló el doctor Moreno.

No obstante, existen leches artificiales que cuentan con casi las mismas propiedades que la leche materna. Esto es posible gracias a un ingrediente fundamental: LIPIL, una mezcla de ácidos grasos que contiene más de un 0,3 % de ácido docosahexaenoico (DHA).

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