Hoy en día los pacientes necesitan participar activamente en el cuidado de su salud. Usted y su oculista pueden trabajar juntos para obtener el mejor nivel de salud posible. La buena comunicación es una parte importante de esta relación. Aquí algunas preguntas que usted le puede hacer a su oculista para comenzar la conversación:
Sobre mi enfermedad de los ojos u otro problema relacionado...
■¿Cuál es mi diagnóstico?
■¿Qué causó este problema?
■¿Cómo se puede tratar este problema?
■¿Cómo este problema puede afectar mi visión ahora y en el futuro?
■¿Debo estar pendiente de algún síntoma en particular y avisarle si ocurre?
■¿Debo cambiar algo en mi estilo de vida?
Sobre mi tratamiento...
■¿Cuál es el tratamiento adecuado?
■¿Cuándo empezaré mi tratamiento y cuánto tiempo durará?
■¿Cuáles son los beneficios de este tratamiento y cuánto éxito suele tener?
■¿Cuáles son los riegos y los efectos secundarios asociados con este tratamiento?
■¿Hay alguna comida, medicamento o actividad que debo evitar mientras esté siguiendo este tratamiento?
■Si mi tratamiento incluye tomar medicamentos, ¿qué debo hacer si se me olvida tomar una dosis?
■¿Hay otros tratamientos disponibles?
Sobre mis exámenes...
■¿Qué tipo de exámenes me van a hacer?
■¿Qué resultados debo esperar de estos exámenes?
■¿Cuándo me darán los resultados?
■¿Tengo que hacer algo en particular para prepararme para algunos de estos exámenes?
■¿Qué efectos secundarios o riesgos tienen estos exámenes?
■¿Necesitaré más pruebas en el futuro?
Entender las respuestas de su oculista es esencial para una buena comunicación. Aquí le damos algunas sugerencias:
■Si no entiende las respuestas de su oculista, continúe preguntándole hasta que comprenda.
■Tome notas, o pídale a un amigo o miembro de la familia que lo haga. También puede traer una grabadora para que le ayude a acordarse de lo que habló con el oculista.
■Pídale a su oculista que le dé las instrucciones por escrito.
■Si le diagnostican alguna enfermedad, pídale a su oculista que le dé algún folleto informativo sobre la misma.
■Si todavía tiene problemas entendiendo las respuestas de su oculista, pregúntele dónde puede obtener más información en español.
■Otros profesionales de la salud, como las enfermeras o el farmacéutico, pueden ser buenas fuentes de información sobre su enfermedad. Hable con ellos también.
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