1 de octubre de 2010

El CNOO recuerda que se deben utilizar con prudencia las lentes de contacto en la playa o en la alberca

Las altas temperaturas estivales invitan a refrescarse en el agua del mar o la piscina. Sin embargo, en el caso de las piscinas, el calor y las sustancias químicas presentes en el agua suelen encontrarse detrás de muchos casos de conjuntivitis irritativas, víricas o bacterianas propios de estas fechas. Ojos rojos, escozor, quemazón, hipersensibilidad a la luz, sensación de cuerpo extraño y lagrimeo son algunos de los síntomas comunes que alertan de la presencia de conjuntivitis.
 Las conjuntivitis irritativas a menudo está provocadas por un exceso de cloración y la presencia de otras sustancias químicas en el agua, así como por el sol. Por su parte, las conjuntivitis vírica y bacteriana puede deberse a unos niveles de cloro incorrectos. Para evitarlas, el CNOO recomienda extremar las precauciones higiénicas, especialmente en los usuarios de lentes de contacto, las personas alérgicas o que padezcan ojo seco y los niños, que pasan más tiempo en el agua y bucean con los ojos abiertos.

Los usuarios de lentes de contacto son uno de los colectivos con más riesgo de infección ocular en las piscinas. El CNOO señala que deben bañarse con precaución con las lentes de contacto puestas, tanto en la piscina como en el mar. Para prevenir la irritación y los contagios en el ojo, lo mejor es utilizar gafas para nadar y bucear encima de las lentes de contacto y evitar el contacto de los ojos con el agua. A estas medidas hay que añadir el uso de gafas de sol para evitar la irritación por radiación ultravioleta y no compartir toallas con el fin de reducir el contagio de infecciones.

El uso de gafas de sol contribuye a prevenir muchos casos de conjuntivitis y otras enfermedades oculares. Juan Carlos Martínez Moral, Presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas y Decano del CNOO, señala que “los niños, debido a que sus ojos son más vulnerables por encontrarse aún en desarrollo, deberían utilizar gafas de sol cuando vayan a la piscina, a la playa o a cualquier otro sitio donde estén expuestos a las radiaciones más extremas del sol”. Y recuerda que cada vez existen más evidencias de que “la exposición a las radiaciones ultravioletas durante los primeros años de vida está directamente relacionada con el desarrollo de cataratas, la degeneración macular y otras alteraciones, como el pterigion”.



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